Vivienda en Canarias: Crisis y Soluciones Urgentes

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Canarias: Entre el Paraíso y el Abismo Habitacional

El archipiélago canario, conocido mundialmente como un paraíso de sol y playas, esconde una realidad cada vez más insostenible para sus propios habitantes. La crisis de la vivienda ha dejado de ser un problema coyuntural para convertirse en una emergencia estructural que amenaza la cohesión social y el futuro de las islas. Un análisis riguroso de los datos revela la magnitud de un drama que exige una acción política valiente y decidida.

Estado de la Cuestión: Cifras de una Emergencia Social

Las cifras no mienten; pintan un panorama desolador. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y diversos portales inmobiliarios, el esfuerzo que una familia canaria media debe destinar al pago de su vivienda, ya sea en régimen de alquiler o de compra, se encuentra entre los más altos de España.

Precios Desorbitados

El precio medio del alquiler en Canarias ha experimentado un incremento interanual de dos dígitos en los últimos años, superando en muchos municipios los 12-15 euros por metro cuadrado. En zonas de alta presión turística como el sur de Tenerife o Gran Canaria, estas cifras se disparan, haciendo prácticamente imposible para un trabajador con un salario medio (que en Canarias es inferior a la media nacional) acceder a una vivienda digna. Hablamos de que el alquiler de un piso modesto puede consumir fácilmente más del 50% del sueldo de una persona.

El Impacto del Alquiler Vacacional

El auge descontrolado de las viviendas de uso turístico (VUT) es, sin duda, uno de los principales catalizadores de esta crisis. Se estima que en Canarias existen más de 220.000 plazas en viviendas vacacionales, una cifra que compite directamente y supera en algunas islas a la oferta hotelera tradicional. Este fenómeno extrae miles de viviendas del mercado residencial de larga duración, contrayendo la oferta y disparando los precios. No es una cuestión de economía colaborativa; es una reconversión del parque inmobiliario residencial en un activo turístico especulativo.

Salarios Estancados y Pobreza

Esta escalada de precios contrasta violentamente con la realidad socioeconómica del archipiélago. Canarias presenta una de las tasas de riesgo de pobreza y exclusión social (AROPE) más elevadas del país, superando el 33%. La precariedad laboral, con un alto componente de temporalidad y salarios bajos vinculados al sector servicios, crea una tormenta perfecta: ingresos insuficientes para hacer frente a costes de vida desbocados.

Escasez de Vivienda Pública

El parque de vivienda pública en Canarias es manifiestamente insuficiente. Durante décadas, la inversión en esta materia ha sido mínima, dejando a miles de familias en listas de espera interminables, sin una alternativa real a un mercado privado voraz e inaccesible.

Esta situación no solo genera un problema de acceso a un derecho fundamental como es la vivienda, sino que provoca gentrificación, expulsa a la población local de sus barrios, tensiona la convivencia y amenaza la sostenibilidad del propio modelo económico.

Vivienda en Canarias

Recetas para la Acción: Hacia un Modelo Residencial Sostenible

Afrontar esta emergencia requiere de una batería de medidas valientes, coordinadas y sostenidas en el tiempo. No existen soluciones mágicas, sino un conjunto de políticas públicas orientadas a devolver la vivienda a su función social.

Regulación Urgente del Alquiler Vacacional

Es imperativo establecer una moratoria inmediata a la concesión de nuevas licencias de VUT en zonas tensionadas. Se debe legislar para limitar su número, exigir requisitos estrictos (como que el propietario sea residente) y zonificar su implantación, protegiendo los núcleos residenciales. La futura ley canaria sobre el uso turístico de viviendas debe ser ambiciosa y no ceder a las presiones del lobby inmobiliario-turístico.

Declaración de Zonas de Mercado Residencial Tensionado

Acogiéndose a la Ley estatal de Vivienda, el Gobierno de Canarias debe declarar con celeridad las áreas donde existe una especial dificultad de acceso. Esto permitiría aplicar medidas de contención de rentas en los nuevos contratos de alquiler, ofreciendo un respiro a los inquilinos y frenando la espiral especulativa.

Impulso Masivo a la Vivienda Pública

Se necesita un plan de choque para la construcción y rehabilitación de vivienda pública destinada al alquiler social. Esto implica una inversión pública sin precedentes, la movilización de suelo público disponible y la colaboración con cooperativas de vivienda en cesión de uso, un modelo que ha demostrado su éxito en otras regiones de Europa.

Incentivos Fiscales y Gravámenes a la Vivienda Vacía

Es necesario penalizar a los grandes tenedores (fondos de inversión, entidades bancarias) que mantienen viviendas vacías con fines especulativos. Simultáneamente, se deben crear incentivos fiscales atractivos para aquellos propietarios que destinen sus inmuebles al alquiler de larga duración con precios asequibles.

Hacia la Descarbonización y la Rehabilitación

La transición energética ofrece una oportunidad única. Los fondos europeos deben orientarse a la rehabilitación energética del parque de viviendas existente, mejorando la eficiencia, reduciendo la pobreza energética y creando empleo de calidad.

    Evolución Probable: Entre la Inacción y la Transformación

    El futuro del problema de la vivienda en Canarias se encuentra en una encrucijada.

    • Escenario Pesimista (Inacción): Si las administraciones públicas ceden a las presiones y optan por medidas cosméticas, la situación se agravará. Veremos un aumento de la exclusión residencial, un éxodo de la población joven y cualificada, una mayor conflictividad social y, en última instancia, el colapso del modelo de convivencia que ha caracterizado a las islas. El paraíso será solo para quienes puedan pagarlo, convirtiendo a los canarios en extranjeros en su propia tierra.
    • Escenario Optimista (Acción Decidida): Si se aplican con valentía las recetas mencionadas, los efectos positivos podrían empezar a notarse a medio plazo. La contención de los precios del alquiler mejoraría la capacidad adquisitiva de las familias. El aumento del parque público ofrecería seguridad y estabilidad a los más vulnerables. Una regulación estricta del alquiler vacacional reequilibraría el mercado y devolvería viviendas al uso residencial. Canarias podría convertirse en un referente de cómo un territorio frágil y tensionado por el turismo puede apostar por un desarrollo sostenible y centrado en el bienestar de su gente.

    La evolución dependerá exclusivamente de la voluntad política. La sociedad civil canaria ya ha mostrado su hartazgo en manifestaciones históricas. La pelota está en el tejado de quienes gobiernan.

    Conclusión: Defender el Derecho a Vivir en Canarias

    La crisis de la vivienda en Canarias es la manifestación más cruda de un modelo económico depredador que ha priorizado el beneficio de unos pocos sobre el derecho fundamental de la mayoría. Los datos demuestran una emergencia social que no admite más demoras ni excusas. Las soluciones existen: pasan por una regulación valiente, una inversión pública decidida y una apuesta firme por la función social de la vivienda.

    La elección es clara: o se interviene con determinación para garantizar el derecho a un hogar digno para todos los canarios, o asistiremos a la lenta desintegración de nuestra comunidad. Defender el derecho a vivir en Canarias es defender nuestra identidad, nuestro futuro y nuestra dignidad como pueblo. Es hora de actuar.


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